REPRUEBAN A 7 DE CADA 10 ASPIRANTES A UNA PLAZA DE MAESTRO

*ALARMANTE LA CIFRA
*QUIEN ES CULPABLE

Ante la noticia dada a conocer de que solo el 30 por ciento aprobó el exámen para lograr una plaza de maestro,me pregunto¿ quién es culpable de esta situación?...En primer lugar había que conocer que tipo de reactivos conformaron el exámen y quienes lo elaboraron. En ocasiones, estos examenes son estructurados por gente que está detrás del escritorio y que no conocen los programas de estudios que manejan las escuelas normales del país. Por otra parte, el aspirante se supone que ya aprobó sus examenes para lograr el ansiado título profesional y que tiene en su mente los conocimientos adquiridos en el plantel forjador de profesores, por lo tanto, es obvio que quienes llegan a presentar un exámen, llevan la formación necesria para pasar esa prueba. Posiblemente ante el alto requerimiento de plazas y la falta de presupuesto, por cierto muy mutilado, tenga la SEP que instrumentar un exámen para reducir el número de aprobados y de esa manera, pocos tengan la dicha de lograr una plaza dentro del magisterio. Aparte hay que señalar que a pesar de lo que se diga, hay gente que por palancazo logra una plaza y de esa manera pasen sobre quien puede tener más méritos para ingresar al magisterio. Finalmente, quiero suponer que el exámen fue bien elaborado, acorde al contenido del programa oficial para las normales y quienes lo hiceron, es gente de banquillo, es decir, maestros que han estado en la práxis educativa y que los alumnos, por falta de una adecuada formación no lo hayan pasado, entonces aquí aplico un viejo principio que dice:"Si el alumno, reprueba, el reprobado es el maestro" y entonces había que ver el perfil profesional de los catedráticos, la capacidad de los mismos y el contenido del programa, asi como poner un dique de raciocinio, para no estar con innovaciones hechas al vapor, que solo distraen la atención de los catedráticos y de los alumnos. Por mi parte, yo me siento muy orgulloso de la formación que adquirí en mi gloriosa escuela Normal Veracruzana, en donde al amparo de una auténtica Reforma Educativa, recibí los conocimientos necesarios, que me permitieron ser parte de la formación de 35 generaciones.